Desmitificando los impactos de la minería en los recursos hídricos

Grupos antimineros han difundido la idea de que la actividad minera agota y contamina el agua dulce, generando alarma en la sociedad. Sin embargo, esta afirmación carece de fundamento científico y se basa en una serie de malentendidos sobre los procesos mineros.
En los últimos tiempos, hemos sido testigos de una creciente preocupación pública en torno a los impactos ambientales de la minería, particularmente en relación con el uso y la contaminación de los recursos hídricos.
La minería y el agua: una relación compleja
Es cierto que la minería utiliza agua en sus procesos, pero es fundamental comprender cómo y por qué. El agua se emplea principalmente para:
- Procesamiento de minerales: El agua se utiliza para separar los minerales de la roca, un proceso que no consume el agua sino que la recicla.
- Control de polvo: Para controlar el polvo generado durante las operaciones mineras, se utilizan sistemas de aspersión de agua.
- Refrigeración: En algunos procesos mineros, el agua se utiliza para enfriar equipos.
¿Por qué la afirmación de que la minería agota el agua dulce es falsa?
- La minería no consume agua potable: La minería utiliza agua de fuentes no potables, como ríos, lagos o acuíferos subterráneos. Potabilizar el agua es un proceso costoso y complejo, y las compañías mineras no lo realizan.
- Los minerales no contienen agua: Los minerales son sustancias inorgánicas sólidas que no contienen agua en su composición. Por lo tanto, la minería no «extrae» agua de los minerales.
- Gestión del agua: Las empresas mineras están obligadas a cumplir con rigurosas regulaciones ambientales que establecen los límites máximos permisibles de descarga de agua y los procedimientos de tratamiento.
- Reciclaje del agua: Muchas operaciones mineras modernas implementan sistemas de tratamiento de agua que permiten reciclar grandes cantidades de agua utilizada en los procesos.
La minería y la conservación del agua
Contrariamente a lo que muchos creen, la minería puede ser un aliado en la conservación del agua. Muchas empresas mineras llevan a cabo proyectos de restauración de ecosistemas acuáticos, reforestación y gestión sostenible de los recursos hídricos.
Además, las inversiones en tecnología y mejores prácticas permiten minimizar el impacto ambiental de la minería.
La minería moderna implementa una serie de controles ambientales rigurosos para minimizar su impacto en el entorno
Estos controles incluyen el monitoreo constante de la calidad del agua en ríos, lagos y acuíferos cercanos a las operaciones mineras, así como la medición de parámetros como pH, conductividad eléctrica y presencia de metales pesados. Además, se llevan a cabo estudios hidrogeológicos detallados para comprender el flujo subterráneo y prevenir la contaminación de acuíferos. Para mitigar los impactos, las empresas mineras emplean tecnologías de tratamiento de aguas residuales, sistemas de contención de materiales peligrosos y planes de restauración de áreas afectadas. Asimismo, se realizan evaluaciones de impacto ambiental antes de iniciar cualquier proyecto minero, y estas evaluaciones sirven como base para el diseño de medidas de mitigación y compensación.